Era el tercero de diez hermanos del matrimonio entre la profesora Bibiana Durán y el médico Isaac Goiz Juárez que residía en su natal Puebla de Zaragoza en el centro de la República Mexicana.
A causa de la depresión, el Dr. Isaac Goiz padre, dejó la práctica y decidió ordenarse como sacerdote, lo que acabó con la fuente de ingresos familiar. Con ello en mente, Isaac comienza a trabajar como peón en la construcción de ductos para Petróleos Mexicanos (PEMEX) a la edad de 18 años. Al poco tiempo es ascendido, gracias a una habilidad enseñada por su madre, la mecanografía. Enviando sus ingresos a casa, fue que logró apoyar la educación de sus hermanos. Cuando su hermana Esther se recibe como terapeuta físico y comienza a trabajar en el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, es él quien recibe apoyo y elige ahora entregarse a la misma carrera que ella. Una disciplina novedosa pero volcada completamente al servicio y la rehabilitación del prójimo, en aquel entonces llamada Terapia Física, hoy fisioterapia, en la Escuela de Medicina Física y Rehabilitación Adele Ann Yglesias del American Cowdray Hospital, conocido actualmente como Hospital ABC en la Ciudad de México.
Ya como profesionista, en búsqueda de una mejor vida, comienza a trabajar en el Hospital General Dr. Manuel Gea González, al sur de la capital, donde conoce a la dietista María Elena Martínez, quien más adelante se convertiría en su esposa. Gracias a su esfuerzo y dedicación, logró ascender para convertirse en el jefe del área de rehabilitación, lo que le permitía asistir a numerosos cursos de capacitación y actualización en diversas técnicas para atender de mejor manera a los pacientes. Aunque dejó el hospital para iniciar su práctica privada, sigue formándose continuamente, lo que lo lleva a tomar el curso ofrecido por el Dr. Richard Broeringmeyer en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco en el año 1987, donde se explicaba el fenómeno del acortamiento de uno de los miembros inferiores en individuos que abandonaban el campo gravitacional terrestre, un caso común entre sus pacientes, astronautas de la NASA. El Dr. Broeringmeyer dedujo, además, que esta afección podía ser corregida aplicando un sólo campo magnético monopolar estático (imán) en el individuo, entre otros principios de la distorción del pH en los sistemas biológicos y la importancia de su corrección. Dicho descubrimiento cautivó a Goiz, quien se dedicó a seguir estudiando el fenómeno y teorizando al respecto.
De esta manera, en Xalostoc, el pueblo natal de María Elena, Isaac comienza a crear lo que denominó su código patógeno. Es decir, la codificación de pares biomagnéticos que pueden corregir distorsiones energéticas y químicas específicas en el cuerpo, involucrando los imanes de manera bipolar, obteniendo resultados satisfactorios. Es aquí, donde surge la creación del sistema conocido como el Par Biomagnético en 1988.
Tras una fase experimental que duró más de una década, con una lista de pares cotejada con exámenes de laboratorio y una serie de casos exitosos, surgió la necesidad de compartirlo con el mundo. No obstante, el escepticismo de la comunidad científica y médica, le cerró una gran cantidad de puertas. Isaac, renuente
a darse por vencido, optó por enseñar su teoría a todo aquel que estuviera dispuesto a escuchar y seguir aplicando su terapia.
Al inicio, ofrecía clases de manera gratuita dirigidas a grupos pequeños de amigos y conocidos. Poco a poco, la voz fue corriendo hasta conseguir grupos de más de 100 personas en auditorios de instituciones de educación superior nacionales e internacionales que buscaban aprender más sobre este personaje y el trabajo de su vida.
Tal éxito, le hizo acreedor de diferentes menciones y reconocimientos, entre las que se encuentran:
Sin embargo, el renombre que ya se había formado alrededor de Goiz y su terapia, se convirtió en un atractivo para individuos con intenciones que desvirtuaban la naturaleza noble y altruista del Par. Por ello, con una cantidad abrumadora de material apócrifo y cursos engañosos, surge la necesidad de crear una institución que trabajara por el progreso de la técnica, que defendiera el hallazgo y lo fundamentara científicamente.
En 2014, se crea la Escuela Superior de Biomagnetismo Isaac Goiz Durán, donde nuestro querido fundador vio consolidada su visión, en compañía de sus hijos y esposa. Hoy en día, continuamos con la labor de llevar la terapia a nuevos países y ofrecerla a cualquiera que desee aprenderla, pero mantenemos una visión clara, profesionalizarla y crear un nuevo campo de estudio que prospere en beneficio de la
salud y bienestar de la humanidad. Isaac Goiz no dejó de brindar consulta hasta el final de su vida. Desde su hogar realizaba chequeos diarios de forma gratuita, en apoyo a las víctimas de la pandemia por COVID-19, con un par de técnicas que desarrolló después, la Bioenergética y la Telebioenergética. Él aseguraba que moriría dando clases y poco después de dictar su último curso de manera virtual, ajustándose a la nueva realidad y las medidas sanitarias, partió en compañía de su familia el 27 de marzo del 2021, tras un rápido
deterioro provocado por el síndrome de Hakim Adams, a causa de una hemorragia gastrointestinal.
“El tiempo nos dará la razón”.
Dr. h. c. Isaac Goiz Durán, padre y creador del Par Biomagnético